Safari Madrid
Este espacio se llama Safari Madrid y, en realidad, tiene como dos partes:
La primera parte es más tipo parque, con un minizoo, un gran cercado con cabritas, una exhibición de aves rapaces, un reptilario, un karting, una piscina, un tobogán gigante, paseos en pony y en dromedario…; la segunda es un itinerario que sólo se puede realizar en coche, con un tercio de las ventanillas bajadas en una parte del recorrido y con ellas totalmente cerradas en otra, porque diversas especies de animales salvajes viven en semilibertad.
La segunda parte, el verdadero safari, es una experiencia increíble: los animales más curiosos (llamas, vicuñas, ciervos, dromedarios…) se acercan; si les das zanahorias (puedes comprar una bolsa grande por dos euros en la entrada), se acercan suavemente a comerlas. Te vas a reír mucho, pero no te vas a librar de que, de paso, te laman las ventanillas y te las pongan perdidas de saliva (es parte de las risas y de la diversión, claro).
El paisaje en el que se encuentra enclavado este gran parque con animales sueltos es de tipo mediterráneo: monte con encimas y arbustos, ahora enriquecido con otras especies vegetales. Es muy amplio y en ningún momento los animales parecen tristes ni “encerrados” (aunque es verdad que hay un minizoo, las jaulas son muy amplias y están integradas en el entorno con rocas, césped, árboles y hasta un riachuelo tranquilo que atraviesa las instalaciones).