Teatro Municipal Alcañiz
Aun no apagado el eco de la guerra carlista en el Bajo Aragón, un activo grupo de la pequeña burguesía local impulsó la institución más característica del Alcañiz romántico: La Sociedad Liceo de la Unión, con el objeto de sostener la música y el teatro El Liceo ocupó, de 1844 a 1881 una parte del antiguo convento del Carmen. Cuando finalizaba el año 1882 se inicia la creación de una Sociedad Anónima para la construcción y explotación de un teatro en Alcañiz. El nuevo Coliseo, que tendrá un cierto eco modernista en su ornamentación, es obra del ingeniero zaragozano Alejandro Mendizábal Martín y se construyó sobre un solar municipal en el límite de la antigua muralla. Abrió sus puerta por primera vez el l5 de agosto de 1890, con la representación de la zarzuela Alcañiz por dentro, escrita especialmente para la ocasión por Benito Illiana, con música del maestro Cirilo del Amo.
Rehabilitación del Teatro (1992-1998)
El Ayuntamiento de Alcañiz, durante el año 1992, llevó a cabo la primera fase de las obras de rehabilitación del Teatro Municipal, dirigidas por el arquitecto Luis Ángel Moreno López. En esta fase se resolvieron, entre otros, los graves problemas de una tramoya centenaria que preciso, no sólo de la instalación del material escénico acorde con la seguridad que hoy se exige (estructura metálica del telar con varas contrapesadas y electrificadas), sino la ampliación en altura del espacio escénico que ahora permite ocultar en la tramoya, telones, decorados y bambalinas. Se instalaron, así mismo, los equipos de climatización y montacargas en la calle Pruneda, que ha permitido independizar la entrada del público y la del material escénico y decorados de las compañías, se procedió, por último, a la ampliación y mejora del foso de la música equipándolo con servicios independientes.
La segunda fase de la rehabilitación consistió en la construcción de una nueva fachada, con cierto eco neomudéjar, a la plaza de San José, lo que conllevó una considerable ampliación del edificio, permitiendo situar la entrada principal por dicha plaza, al tiempo que posibilitó una mayor dotación y capacidad de los camerinos, con acceso directo al escenario. También se actuó en la ordenación y saneamiento de las fachadas a la calle Pruneda y calle del Teatro, así como de las cubiertas. Se ha buscado en esta fase conseguir una sustancial ampliación del vestíbulo, que es, en cualquier teatro, un importante lugar de relación y espera. El nuevo módulo de fachada ha permitido la ampliación en profundidad del escenario. No obstante se ha respetado totalmente la estructura tradicional "en herradura" de la sala y la boca del escenario por razones estructurales y de respeto a la parte más noble del edificio.